El románico: más que simple piedra.

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Cristina Párbole Martín

Historiadora en la Fundación Santa María la Real. Creadora de "La Huella Románica" y difusora de todo lo que guarda este estilo artístico. En mis ratos libres investigo y defiendo los pequeños pueblos.

Hoy os traigo un documento en piedra. ¿Quién dijo que solo el papel encierra nuestra historia?. La ermita románica de Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar es el único resto que nos permite saber que dicho pueblo tuvo un pasado medieval. La forma de pensar del hombre de finales del siglo XII quedó guardada en la piedra: sus miedos, sus costumbres, su manera de concebir el bien, su relación con el sexo, su trabajo, su forma de vestir y de luchar. El cantero talla la piedra y nos deja marcados sus conocimientos, sus influencias e incluso su lugar de origen.

La primera referencia que tenemos del edificio de Vallespinoso de Aguilar aparece en la “Estadística de la Diócesis de Palencia” de 1345 publicada por San Martín Payo, que nos dice que “en Valde Spinoso en la iglesia de Santa Zecilla de[ue] auer dos prestes, vn subdiachono, tres graneros, que son con la media ración del cura tres raciones e quarta e los diezmos de este logar pártense en esta manera (espacio en blanco) e aquí non ay otra estimación de préstamos” [1]. Pero desconocemos lo que ocurrió antes.

La ermita de Santa Cecilia es uno de los mejores exponentes del románico rural en la provincia de Palencia. Un caso singular pues su situación encima de una montaña la ha llevado a ser catalogada como uno de los ejemplos más espectaculares de nuestro románico. Su portada es un autentico catálogo de la vida cotidiana, dos son las escenas que eligiere para mostraros de lo que hablo.

 

 

La primera es el “pesaje de las almas” o “Psicostasis”, que nos remonta hasta culturas antiguas. En Egipto, es en el Libro de los Muertos donde hallamos la primera referencia al pesaje de las almas. De la religión egipcia pasó al Islam y de aquí es probable que se trasmitiera al cristianismo. En la religión cristiana será el arcángel San Miguel el encargado de pesar el alma junto con el demonio. Si el alma estaba libre de pecados la balanza se inclinaba hacia el lado de San Miguel, si ocurría lo contrario, la balanza se torcía hacia el lado del demonio. En Santa Cecilia no dejan nada a la imaginación, el pecador (un avaro) intenta escapar de las garras del demonio, el sacerdote da la extremaunción y finalmente ocurre el juicio. Dicha representación no es más que el reflejo de algo que siempre ha atormentado al hombre: la llegada del Juicio Final, el paso necesario antes de la salvación.

 

 

La segunda escena es un calendario agrícola, la imagen más abundante y estudiada, donde son representados los doce meses del año con personajes que realizan labores agrícolas o acciones de su vida cotidiana. La forma de vida y producción del hombre medieval está marcada por el tiempo agrícola. Se acababa un año pero daba comienzo otro que iba a desarrollarse del mismo modo, en un ciclo, que como Jacques Le Goff dijo: “parece consagrado en el tiempo cíclico del eterno retorno”. [2]. En Vallespinoso nos encontramos ante un mensario incompleto pero en el que aún pueden reconocerse los diferentes meses; bien es cierto que dicho capitel sigue planteando muchas dudas e interpretaciones. El mensaje puede ser claro, el pueblo representa lo que conoce, lo que sabe, lo que necesita y lo que ve.

 

 

Cada uno de los capiteles de la ermita de Santa Cecilia tiene un mensaje que transmitirnos. Siempre lo digo, quizás muchas veces nuestro problema sea enfocar las cosas desde nuestro punto de vista, desde nuestra mentalidad actual. Ocurrió con el románico erótico: en el momento en el que empezamos a entender las figuras en el contexto y tiempo en el que fueron creadas las interpretaciones que se ofrecieron fueron las más acertadas.

Reivindiquemos el románico como el resultado de una sociedad, como el arte y como la historia, valoremos su papel para conocer el devenir de nuestros pueblos y nuestras vidas, entendamos que su conservación y protección es necesaria. Al igual que cuidamos nuestros documentos en los archivos, cuidemos nuestro románico pues todavía tiene mucho que contarnos.

 

 

Las entradas que forman parte de este segundo aniversario son:

  1. Presentación: La Historia y las Artes, por Alberto Reche
  2. El Séptimo Sello, ¿la película ante la que los historiadores pueden relajarse y gozar?, por Carlos Lixó
  3. Tabernas y naipes: violencia cotidiana en la obra de Jan Steen, por Jessica Carmona Gutiérrez
  4. La Cena de Emaús. Francisco de Zurbarán, por Ester Prieto
  5. El románico: más que simple piedra, por Cristina Párbole

 

[1] San Martín Payo, J, Las más antigua Estadística de la Diócesis de Palencia 1345.

[2] Le Goff, J, El orden de la memoria: el tiempo como imaginario. Paidós. Barcelona, 1991. p. 216.

 

Cristina Párbole Martín

Historiadora en la Fundación Santa María la Real. Creadora de "La Huella Románica" y difusora de todo lo que guarda este estilo artístico. En mis ratos libres investigo y defiendo los pequeños pueblos.
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