Jordi Morera
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El viejo, el impasible Vainamoinen, resolvió ir a las heladas regiones de la sombría Pohjola…
Desde tiempos remotos, el brumoso y frío norte de Europa ha sido un entorno duro en el que labrarse una existencia. Ese carácter agreste y hostil se ha visto reflejado, como no podía ser de otra manera, en el carácter de las culturas que allí han florecido, y también en la visión mítica que esos pueblos tenían del mundo. El atractivo misterioso de la mitología nórdica -con sus dioses, dragones, gigantes, elfos, enanos y valkirias- es de sobra conocido entre los aficionados al género fantástico. Sin embargo, los mitos de la vecina Finlandia son quizá menos populares, pero eso no los hace menos apasionantes, como demuestra el rico tapiz de historias y leyendas recopilados en la epopeya nacional finlandesa: el Kalevala.
El Kalevala es un extraordinario poema épico que recoge con una gran belleza lírica los grandes mitos creacionales y fundacionales de la región, mostrando el pensamiento mágico y las creencias chamanisticas ancestrales de sus antiguos moradores. Fue recopilado a partir de las tradiciones orales de la zona de Carelia (en la actual Rusia) en el siglo XIX por el polifacético Elias Lönnrot, y goza de un carácter único, tratándose de la única épica Europea moderna recopilada a partir canciones y baladas que siguen perviviendo actualmente a nivel popular. Lönnrot recorrió las más remotas regiones del país a fín de recrear toda una mitología que se hallaba completamente dispersa y enterrada en el folklore finés. El Kalevala es el fruto de su concienzuda labor de edición y montaje. Lönnrot escribió también su prólogo y dio cohesion argumental a la epopeya mediante pasajes “puente” de su propia creación. La recopilación/creación de Lönnrot, publicada en su versión definitiva en 1849, fue extremadamente influyente en el desarrollo de una identidad nacional finlandesa, surgiendo en la época de máximo auge del Romanticismo europeo y de la ansiosa búsqueda por parte de las naciones-estado de héroes propios y de un pasado legendario sobre el que cimentar sus bases identatarias. Más aún en un caso como el de Finlandia, que se hallaba a la sombra de la hegemonía política y cultural de Rusia.
La palabra Kalevala significa “la Tierra de los Héroes”, y proviene de Kaleva, el héroe mítico fundacional que, sin embargo, no aparece personalmente en el poema. Los dioses propiamente dichos como Ukko, el señor de los cielos, también tienen un papel secundario en la trama, que se centra más en los héroes legendarios que poblaban las tierras de Kalevala, reino de los hombres, y su enfrentamiento contra los moradores de las tétricas, frías y oscuras tierras de Pohjola, en el norte. Los protagonistas de la epopeya, aunque dotados de grandes poderes sobrenaturales, son representados como mortales, con pasiones y defectos muy humanos.
Vainamoinen y el gigante Antero Vipunen
Los Héroes del Kalevala
El Kalevala se divide en 50 runas (poemas o cantos) de longitud variable pero métrica fija, que forman ciclos basados en las andanzas de cada uno de los protagonistas de la épica. Las primeras 10 runas narran el nacimiento y las aventuras del personaje más emblemático de esta saga, el héroe cultural Vainamoinen, un anciano mago y runoya (cantor de runas) de claras reminiscencias shamánicas y bárdicas, capaz de obrar una poderosa magia a través de sus canciones. Inventor del kantele (el instrumento nacional de Finlandia), creador de las runas o poemas y hechicero de grandes poderes, Vainamoinen, hijo de Luonnatar, la hija del aire cuyas acciones desencadenaron la creación, fue el primer hombre sobre la tierra, el más sabio de los mortales, y es representado siempre como un anciano de larga barba blanca, viejo pero aún fuerte y vigoroso. Entre muchas otras hazañas, Vainamoinen derrota a su rival Joukahainen en una competición de canciones, construye una forja en las entrañas de un gigante, escapa con vida de Tuonela, el reino de los muertos, mata a los hijos de la bruja Louhi, malvada señora de Pohjola, y ayuda a recuperar el sol y la luna que ésta había robado del firmamento antes de dejar el mundo para siempre navegando en su barco mágico a través del horizonte y hasta el infinito.
La Venganza de Lemminkainen
Las siguientes runas narran las aventuras del apuesto guerrero Lemminkainen, célebre por sus aventuras amorosas. Es representado como un joven atractivo de largo cabello rojo. Lemminkainen, hijo de Lempi (la personificación del amor erótico), busca esposa en la isla de Saari, pero aunque es rechazado, se queda allí como pastor y seduce a todas sus muchachas excepto una, Kyllikki, a la que desposa pese a su inicial rechazo. Tras descubrir su infidelidad, Lemminkainen la abandona y parte hacia el norte, convirtiéndose en otro de los héroes que pretenden a la hermosa Doncella de Pohjola. Como al resto, la madre de la Doncella, Louhi, impone a Lemminkainen varias tareas. El héroe las supera todas excepto una, matar al cisne que nadaba en el Río de la Muerte, al ser atacado por un antiguo rival agraviado y posteriormente asesinado y despedazado por los hijos de Tuoni, el dios de la muerte. La madre de Lemminkainen viaja hasta Pohjola, recupera los pedazos de su cuerpo y los une a través de bálsamos y ensalmos mágicos. Al resucitar y enterarse que la Doncella ha sido entregada en matrimonio a otro héroe, Lemminkainen inicia un ciclo de venganzas que culmina cuando se une a Vainamoinen e Ilmarinen en su aventura para robar el Sampo, un codiciado artilugio mágico.
Ilmarinen el Herrero
A continuación el poema abre el ciclo de Ilmarinen, el herrero inmortal, que se irá intercalando con la historia de los otros héroes hasta la conclusión de la epopeya. Como artífice arquetípico, es el forjador de la bóveda celeste y creador del Sampo, un molino mágico que produce sal, grano y oro. Fue Ilmarinen quien al final desposó a la Doncella de Pohjola tras superar las pruebas de Louhi y a cambio de entregarle el Sampo. Tras morir su esposa asesinada, el herrero intenta sustituirla creando a una mujer de oro y plata, pero no consigue insuflarle el aliento vital y la entrega a Vainamoinen, quien no obstante la rechaza. Abatido, Ilmarinen regresa al norte para cortejar a la hermana de su difunta esposa, a la que rapta tras ser rechazado por ella, pero tras sus repetidos desprecios, finalmente opta por transformarla en gaviota. Al regresar a Kalevala, le habla a Vainamoinen de la prosperidad que reina en Pohjola gracias al Sampo, y el viejo cantor de runas le propone una búsqueda para recuperar el mágico utensilio. Ilmarinen forja la más poderosa de las espadas para su compañero y, junto a Lemminkainen, se embarcan en el navío encantado de Vainamoinen. El robo del Sampo, su posterior defensa y su destrucción forman parte central del hilo argumental del Kalevala, y es uno de sus episodios más conocidos. Ilmarinen también forjó un sol de oro y una luna de plata para sustituir a los verdaderos, robados por Louhi, y forja las herramientas que persuaden a la bruja de liberar a los astros, devolviendo así la luz a la tierra de Kalevala.
La Defensa del Sampo
El poema da un giro fatídico con la historia de Kullervo, narrada en las runas 31 a 36. Kullervo es un héroe trágico condenado a provocar dolor y muerte con todas sus acciones. Nacido en el seno de una sangrienta guerra entre hermanos, Kullervo pronuncia votos de venganza y destrucción con apenas tres meses de edad. El pequeño Kullervo es salvado repetidamente de la muerte a manos de su tío Untamo gracias a sus innatos poderes mágicos. Viendo la naturaleza indomable del chico, Untamo se libra del problema entregándole como esclavo a Ilmarinen, y Kullervo se convierte en un muchacho adusto y solitario por su condición de esclavo, su explosivo temperamento y sus crecientes poderes sobrenaturales. La esposa de Ilmarinen, la que fuera la Doncella de Pohjola, se divierte atormentando al joven, pero cuando como consecuencia de una de sus bromas pesadas se rompe el cuchillo de Kullervo, única herencia de su padre, éste se ve abrumado por la rabia y lanza una potente maldición que convierte al ganado en lobos y osos que devoran a la mujer. Tras huir de la esclavitud, Kullervo descubre que su familia sigue con vida, y parte a su encuentro. Junto a su padre y su madre, el joven intenta empezar una nueva vida, pero los malos tratos de su infancia habían agriado su carácter y arruinado su educación, y fracasa en todas las tareas que le impone su padre. Partiendo de viaje, se topa con una doncella desconocida y tras intentar seducirla sin éxito, la viola atrozmente. Tras el brutal acto, ambos descubren que en realidad son hermanos, y ese conocimiento hace que la muchacha se suicide arrojándose por una cascada. Kullervo, enloquecido por la maldición que ha hecho caer sobre sí mismo con sus bárbaras acciones, jura vengarse de Untamo y se embarca en una senda de sangre y destrucción indiscriminada que le gana el rechazo de toda su familia. Consumado el exterminio y con toda su familia muerta, Kullervo habla con su espada mágica, obtenida del dios Ukko, y le pregunta si aceptaría acabar con alguien tan infame como él. La espada le responde afirmativamente, y Kullervo muere arrojándose sobre ella. La historia de Kullervo, oscura y vengativa, es un inciso en la estructura narrativa del Kalevala, pero a pesar de estar mínimamente relacionada con el ciclo épico principal, se trata quizá del mejor y más impactante de todos sus relatos, y retrata de forma única en la mitología los devastadores efectos psicológicos de los abusos infantiles.
Untamo y el pequeño Kullervo
El Kalevala concluye con una representación simbólica de la llegada del Cristianismo y el final de los días de los antiguos dioses paganos. La última runa, que incorpora una marcada influencia cristiana, cuenta como Marjatta, una figura reminiscente a la de la Virgen María, da a luz a un hijo de manera virtuosa y sin intervención de varón, un niño destinado a convertirse en el legítimo rey de Carelia. La llegada del niño y su nombramiento como rey ungido es representado como un acto hostil a Vainamoinen. Furioso y humillado, el viejo bardo abandona su patria entonando una última runa con la que crea el barco mágico con el que se perderá en el lejano horizonte, entre los últimos pliegues del cielo. De pie en la proa de su navío, lanzará su último mensaje a las gentes de Kalevala:
“Pasarán los tiempos, nuevos días nacerán y volverán a morir. Y entonces nuevamente tendréis necesidad de mí; me aguardaréis, me llamaréis para que os conquiste un nuevo Sampo, para que os haga un nuevo kantele, para que os rescate la luna y el sol desaparecidos. ¡Para devolver al mundo su alegría desterrada!”
Así termina una saga que alberga en su interior los restos de una tradición noreuropea de claros tintes chamánicos, con su particular ocaso de los dioses y el agridulce recordatorio de que, aunque los tiempos en los que los héroes de grandes poderes mágicos recorrían la tierra hayan terminado, su legado, su regalo para todos los hombres y mujeres, perdurará siempre en forma de música, melodía y canción.
Nota: Entrada aparecida originalmente en el blog Tras la Última Frontera (12/06/2014). Ilustraciones de Nikolai Kochergin.
Llego a al Kalevala a través de una lectura tardía de Kaputt de Curzio Malaparte y me pareció una descripción clarísima, que me entusiasma para entrar en algunos mitos escandinavos a los que Borges alude…y yo he eludido. Gracias!
¡Gracias a tí por el comentario! El Kaputt de Malaparte aún lo tengo pendiente, así que recojo la recomendación. El mundo de los mitos nórdicos es apasionante, y empezar a leer sobre ellos es un verdadero «jardín de los senderos que se bifurcan», por recurrir de nuevo a Borges, un universo fascinante con mil ramificaciones por descubrir.