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«Guardar silencio es en sí mismo un acto de comunicación» Con esta reflexión iniciaba hace años Peter Burke uno de sus capítulos de Hablar y callar. Funciones sociales del lenguaje a través de la Historia (Barcelona, Gedisa, 1996) y se adentraba en un tema fascinante y a la vez inquietante: la historia social del silencio en la Europa Moderna. Fascinante porque, como había hecho a lo largo de todo el libro, reflexionaba sobre los aspectos culturales y sociales de la lengua y el papel que jugaba en el reconocimiento de una cultura y en su historia. Inquietante, porque al ahondar en el papel del silencio, Burke transitaba por caminos poco agradables para los historiadores.
¿Por qué hablar del silencio si el silencio es la antítesis de la Historia? La propuesta, metodológicamente, era peligrosa desde ciertos puntos de vista. La Historia del acontecimiento, de la fecha, de la frase célebre, la cita erudita o la referencia de archivo aborrece el silencio. Para el historiador tradicional el silencio es la ausencia. La falta de contenido. La página en blanco que aterroriza al escritor y que te saca de la cómoda zona de seguridad de las certezas. Para Burke el silencio, o los silencios más bien, deben entenderse como una posibilidad más de comprender las sociedades humanas. Lo «no dicho» – por asumido o por tabú – puede pesar tanto como «lo dicho» a la hora de construir el discurso.
Y es que el silencio es en sí mismo una forma de elocuencia. Alain de Lille, en el siglo XII, hablaba del silencio como una forma de arrogancia, mientras que Rouchefoucald, siglos después, defendía la necesidad de su buen uso. Entre medio de ambas posturas, el papel del silencio en la conversación pasó por todas las consideraciones posibles. Y es que el silencio, como cualquier otra forma de comunicación, se dota de un significado distinto según la intención que hay detrás del gesto. No por nada Ortega y Gasset repetía aquello de «el discurso consiste sobre todo en el silencio«
¿Qué grupos humanos hacen del silencio público o privado su forma de actuación? ¿En qué contextos es callar una práctica bien vista o reprobable? Hay silencios de respeto, de sumisión o incluso de conspiración, como la omertà siciliana. Abordar el estudio del silencio en la Historia y sus usos en los diferentes sectores sociales y culturales es, como podéis ver, un tema fascinante.
Esta entrada fue publicada por el autor, originariamente, en Entre Historias el 13 de junio de 2013.
Información Bitacoras.com
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