Sobre este blog

Vivimos en un mundo inmediato y especializado. Lo queremos todo para ya y, a la vez, queremos tener al alcance de un golpe de ratón un torrente inacabable de datos y datos aleatorios y concretos sobre cualquier tema imaginable. Aquí y ahora.

Desde luego, no seremos nosotros los que critiquemos las virtudes del intercambio de información y las posibilidades que Internet y la comunidad virtual ofrecen de cara a ampliar nuestro conocimiento. ¡Faltaría más! Eso sí, también creemos que hay que buscar un espacio para cocinar el conocimiento a fuego lento, reivindicar la artesanía que hay detrás de todo aprendizaje y aportar nuestro granito de arena en todo este magma de información. De esta creencia nace Studia humanitatis, un espacio de encuentro virtual en el que queremos que se den cita distintas visiones sobre la historia, el arte, la literatura e, incluso, aproximaciones desde la biología, la química o los videojuegos.

¿Por qué esta diversidad de temas y enfoques? Porque una visión transversal y multipolar de las disciplinas humanas (¿humanísticas?), del conocimiento humano, es necesaria para afrontar el reto que supone, desde el siglo XXI, reflexionar sobre eso que hemos dado en llamar Ciencias Humanas. Una visión análoga a la de aquellos humanistas que en el siglo XV impulsaron los studia humanitatis, los mismos, precisamente, que dan nombre a esta página. Unos estudios mediante los cuales se pretendía ofrecer una formación capaz de convertir al hombre en virtuoso, y que suponían una aproximación al conocimiento desde una perspectiva total. Porque, como opinaba el comediógrafo romano Terencio, nada de lo humano es ajeno al ser humano. Lo que nos conduce, además, a reivindicar el estudio de las Humanidades (en el sentido más inclusivo del término) en un momento, el actual, en el que su utilidad parece estar más bien en entredicho, cuando en realidad son esenciales para comprender el mundo que nos rodea.

Detalle del «Zacarías en el Templo» de Domenico Ghirlandaio, en el que aparecen los humanistas Marsilio Ficino, Cristoforo Landino, Ángelo Poliziano y Demetrio Calcocondilas (o Gentile de Becchi). Fuente: Wikimedia

Pero no seremos, como quienes se sumaron a la corriente de pensamiento del humanismo (palabra esta última que, por cierto, es un neologismo alemán que empezó a circular en el siglo XIX… ¡ay, los tópicos!), unos deudores estrictos de las letras clásicas que reniegan del mundo medieval. Y tampoco renegaremos de aquellos otros mundos alejados de la pequeña charca de ranas que fue, en palabras de Platón, el Mediterráneo.

En cualquier caso, como el movimiento se demuestra andando, os invitamos a pasear, tranquilamente, por este blog, que esperamos ir llenando de contenido y en el que queremos que os sintáis como en casa.

Así que bienvenidos.

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