Seguro que conoces esa sensación en la que estás dando vueltas a un tema que te indigna y decides hacer algo para buscar soluciones e intentar que el problema sea menos problema. Eso me pasó el 14 de Julio, una tarde de verano en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo.
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El lado más “romántico” del románico.
Acostumbrados a encontrar constantemente castigos, figuras grotescas o luchas, la presencia de escenas afables o incluso “románticas” en el románico genera admiración y no poca curiosidad. Gracias a Dios la imagen de una Edad Media llena de castillos, caballeros, princesas y dragones se va alejando de nuestro imaginario, pero es inevitable que al encontrarnos escenas como la protagonista de esta entrada nos invada una sensación de que igual si que existían romances épicos. Nuestra mente nos juega malas pasadas, pues la realidad muchas veces supera la ficción.
La escena que hoy traigo se encuentra en la iglesia de San Pedro de Villanueva, en Cangas de Onís (Asturias). Dicho templo es el único resto que se conserva de un antiguo monasterio benedictino. El edificio en origen tenía tres naves, pero en el siglo XVIII se creó un espacio con una única nave. Se conservan dos portadas de época románica, siendo la más espectacular la que se encuentra situada en la fachada sur. Entre un gran número de capiteles decorados sobresale una escena en la que se puede observar como una mujer besa en la boca a un hombre que montado a caballo porta en su brazo izquierdo un ave. El caballo está a punto de comenzar su avance y podemos suponer que lo que viene después es el llanto por la partida, ¿o quizás no?. Continue reading
Estabais avisados, ¡la cagasteis! – Una aproximación al alero de San Quirce de Burgos
Resulta llamativo que una de las muestras más curiosas de nuestro románico sea tan hermética, es como si nadie quisiera que el resto más inmundo saliera a la luz y nos pillara a todos con una imagen idílica de la realidad.
Descubrí el alero de la antigua abadía de San Quirce cuando estaba preparando los programas de radio («La Huella Románica», Radio Aguilar) que dedique al románico de la provincia de Burgos. Indagando vi que el templo se encontraba en una propiedad privada y que el acceso resultaba demasiado complicado. Empecé a sentir curiosidad por las diferentes representaciones que aparecían en el alero y es entonces cuando llegó a mis manos el libro de Daniel Rico Camps “Las voces del románico. Arte y epigrafía en San Quirce de Burgos”, un texto en ocasiones difícil de entender pero en el que el autor esboza una teoría más que certera sobre las enigmáticas imágenes.
El papel más deseado: el maestro románico.
Si hay un maestro románico conocido por todos ese es el Maestro Mateo. La firma en los dinteles del Pórtico de la Gloria y el contrato entre el cantero y el rey Fernando II de León son aspectos que nos aportan una información muy valiosa sobre la figura de este hombre encargado de levantar el gran templo de la cristiandad.
«Conviene a la regia majestad atender mejor a aquellos que le son conocidos por mostrar obediencia fielmente, y especialmente a aquellos que son notorios por dedicar sus servicios a los santuarios y lugares de Dios. Por estas cosas yo, Fernando, rey de las Españas, por amor de Dios, por quien reinan los reyes, y por la reverencia de Santiago, piísimo patrón nuestro, como pensión, te doy y concedo a ti, maestro Mateo, que posees la primacía y el magisterio de la obra del citado apóstol, cada año la percepción de dos marcos a la semana, sobre mi mitad de moneda de Santiago, y que lo que falte una semana sea suplido en la otra, de manera que esta percepción te represente 100 morabotinos anuales. Esta pensión, este don, te doy durante toda tu vida, para que siempre la tengas, y para la obra de Santiago, y sea mejor para tu persona; y aquellos que vieran, velen y se dediquen con afición a la citada obra. Fernando II de León a 23 de Febrero del año 1168.» [1] Continue reading
La historia de un beso románico
La historia del arte nos ha dejado besos memorables desde Klimt hasta los amantes de Magritte pasando por la fotografía capturada por Victor Jorgensen en Times Square; pero nuestra entrada de hoy la dedicamos a un beso más antiguo que genera tantas dudas como admiración.
Bernardo del Carpio: de Roncesvalles al olvido.
Esta Semana Santa el Centro Expositivo ROM en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo (Palencia) ha propuesto una ruta en la cual el protagonista ha sido Bernardo del Carpio. Mucha gente ha acudido a la llamada deseosa de conocer quién fue el tal Bernardo del Carpio y los que conocían algo de tan ilustre personaje, ansiosos por ver que relación tenía Bernardo con la villa de Aguilar y el monasterio de Santa María la Real.
No os desvelaré los secretos de la visita, para ello es mejor que os acerquéis hasta Aguilar de Campoo e “in situ” descubráis las partes más secretas del cenobio premostratense. Lo que en esta entrada pretendo es dar a conocer a un héroe venido a menos y que a día de hoy se estudia si realmente existió, o fue solo una de las muchas invenciones creadas para alentar a una población con la necesidad de tener un espejo heroico en el que mirarse. Continue reading
La Primavera en el Románico – Vallespinoso de Aguilar, 7 y 8 de mayo de 2016
Si hay un arte especialmente ligado a las estaciones del año ése es el Románico. Por muchos y variados motivos: por ser un arte presente en todos los aspectos – cotidianos y trascendentales – de las comunidades agrícolas que articularon la Europa de los siglos XI y XII; por erigir unas iglesias que son, en sí mismas, biblias en piedra y relatos pedagógicos de una religión anclada en ciclos anuales; por representar en sus capiteles oficios, tareas y gestos que nos hablan del día a día más cotidiano.
Por ello, hablar de primavera y de románico sólo puede ser una buena idea. El románico se ha convertido en un espectáculo cultural gracias al interés y la fascinación que despierta entre los apasionados a la arquitectura, a la simbología, al paisaje y al halo de ensueño atemporal que se dan cita en él. No es de extrañar, por tanto, que cada vez sean más las iniciativas que buscan dar a conocer y poner en valor el patrimonio arquitectónico y artístico románico, tantas veces olvidado o apenas conservado. Continue reading
Cuando despertó, la imagen seguía ahí.
El tópico dice que una imagen vale más que mil palabras. Dependerá de muchas cosas, digo yo, a no ser que se pueda defender que la enésima muestra de pies en una playa o de fotos a través de un espejo vale más que un cuento de Borges. O que un «adiós» a tiempo es menos adecuado que un montón de fotos rotas. El historiador, que debería estar vacunado de serie contra los tópicos, haría bien en prevenirse ante las generalidades y ante los significados únicos. No acostumbran a traer nada bueno (aunque esto, en sí mismo, sea otra generalidad).
Las imágenes, en Historia, son poderosas. Por muchos motivos; porque son sugerentes, porque se fijan en nuestra retina con una fuerza – es verdad – que un discurso razonado no logra imitar; porque se les presupone, en nuestra miopía de significados producto de la fotografía, una objetividad aparente. «¡Las imágenes están ahí!» – grita el mal historiador – «¡Están ahí!», dotándolas de una suerte de característica primaria que las coloca por encima de otros tipos de fuentes. Hay quienes incluso han hecho carrera a través del camino inverso: el de cargar con sesudas capas de interpretación metafísica hasta el más pequeño recodo de una miniatura medieval o de una figura humana garabateada en una cueva. Así somos, hay que querernos… Continue reading
Los magos de Oriente: los primeros peregrinos del románico.
Creo que hoy es el mejor momento para conocer a los llamados magos de Oriente y ver de qué manera quedaron reflejados en el románico. Si nos preguntan ¿cuántos son los reyes magos y cuáles son sus nombres? rápidamente contestamos que son tres y se llaman Melchor, Gaspar y Baltasar, pero si nos vamos a la Biblia la realidad es diferente. Solamente el evangelio de San Mateo hace referencia a los magos:
“Jesús nació en Belén de Judea cuando gobernaba el rey Herodes. Y he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque al ver su estrella en el oriente, hemos venido para adorarle. Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él […] Entonces Herodes, llamó en secreto a los magos, e indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: vayan, y averigüen con diligencia acerca del niño; y cuando lo hallen, háganmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”. [1] Continue reading
Sirena o nereida, ésa es la cuestión.
Dentro de la iconografía románica son muchos los temas que suscitan dudas como por ejemplo el caso de las sirenas y nereidas. El paso del tiempo ha cambiado sus figuras creando un halo de incertidumbre sobre ellas, solo remontándonos al origen de los tiempos podremos conocerlas mejor.
El primer testimonio que tenemos sobre las sirenas aparece en la Odisea de Homero, cuando Circe le dice a Ulises “primero llegarás a las Sirenas, las que hechizan a todos los hombres que se acercan a ellas. Quien acerca su nave sin saberlo y escucha la voz de las Sirenas ya nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos, llenos de alegría porque ha vuelto a casa”[1]. En la mitología griega se las reconoce como seres con cuerpo de pájaro y cabeza de mujer, hijas del dios del río Aqueloo y Calíope, la musa de la elocuencia.