Hoy vamos a hablar de uno de esos sucesos extraños, que ocupan un lugar destacado en toda antología de curiosidades de la historia: el Juicio al Papa Formoso I. Vosotros me direis que sí, que vale, que un juicio a un Papa tiene su qué, pero que tampoco es para tanto, a lo que os replicaré con lo siguiente: en el momento del juicio el Papa Formoso llevaba meses muerto. Un pequeño detalle que no le impidió estar de cuerpo presente durante su juicio, que por algo ha pasado a la historia como el Sínodo del Cadáver. ¿Qué cara se os queda ahora?
Más o menos la misma cara que se le debió quedar al pobre pescador romano que, según cuentan algunos, encontró el cadáver de Formoso I. Al fin y al cabo no todos los días saca uno del Tíber, nueve meses después de muerto, el cuerpo de un Papa que había protagonizado uno de los episodios más singulares de la historia del Papado. Años después, tras la muerte de Sergio III, los restos del papa Formoso pudieron descansar al fin en el Vaticano, ajenos a su extraño descubrimiento. Pero, ¿quién fue Formoso I y cómo se llegó a una situación más propia de la novela folletinesca que de la historia sagrada que se presupone al Papado? Continue reading