Afirmo que el siglo XII es un período extraordinario repleto de grandes cambios que transformaron las bases culturales de la Europa Medieval. Fue una centuria donde se fraguó una severa transformación tanto del mundo artístico como del mundo arquitectónico a raíz del empuje cultural y universitario, y del cristianismo en sí.
Y es que debemos ir por partes, en primer lugar, los cluniacenses, los grandes promotores del arte románico fueron perdiendo influencia ante la irrupción del mensaje primitivista del Cister, y en segundo lugar, el mundo cultural comenzó a imbuirse de los textos de Aristóteles, Virgilio o Boecio entre muchos otros autores clásicos, debido al trabajo de los principales monasterios y escuelas catedralicias. Vaya, que en siglo XII se creó un imaginario naturalista y consustancial, y los medios arquitectónicos comenzaron a desafiar las tradicionales leyes de la estética y de la geometría al tiempo que se desarrollaba una nueva arquitectura mucho más natural, exaltada, iluminada y compleja. Con el estilo gótico asomándose en esta revolución arquitectónica y artística incipiente, hay que destacar el especial interés que se tuvo por la iconografía elaborada y realista. A partir del trabajo en los rostros, los gestos y los ropajes, se inició la transición hacia las grandes construcciones catedralicias del período, donde su magnificencia, contemplación y esplendor, pretendía asombrar las vidas cotidianas y las vidas espirituales de los fieles. Esta exaltación del ánimo de los fieles es el paralelismo espiritual que realizaron las logias de constructores, no solo haciendo grandes construcciones a través de eliminar los gruesos y pesados muros tradicionales, sino con la sensación de liberarles del peso arquitectónico que suponía la rigidez del período románico. Continue reading