Para un gran número de lectores, la narrativa fantástica moderna tiene sus principios en la obra de J.R.R. Tolkien (1892-1973). El mundialmente reconocido creador de la Tierra Media, cuya historia queda brillantemente relatada en El Hobbit (1937), El Señor de los Anillos (1954-55) y El Silmarillion (1977), no sólo situó en el mapa literario el género fantástico sino que al hacerlo dejó una huella imborrable, una línea divisoria en los anales de la fantasía moderna. Sin duda alguna existe un antes y un después de Tolkien, pero si bien sus sucesores (desde los de mayor mérito literario y artístico hasta los centenares de imitaciones comerciales y derivativas) se han labrado un lugar en los estantes de librerías de todo tipo, sus antecesores más directos han quedado en gran medida eclipsados por la larga sombra del genio de Oxford. Continue reading